Abrimos el estudio para crear el diálogo e intercambiar ideas en donde podremos conocer los diferentes procesos de proyectos que se presentan y la manera en la que abordamos la narrativa en cada uno de ellos, este diálogo que se crea a partir de un conjunto de intenciones que llevan a la reflexión en cada etapa, estas ideas que durante su desarrollo vamos buscamos la exploración profunda y reflexiva para dar significado, coherencia y sensibilidad. Estos procesos implican un análisis interno donde se consideran aspectos como la memoria, la percepción, la identidad, la experiencia espacial y la relación con el entorno.
En este sentido, nos permite cuestionar no solo la funcionalidad de los espacios, sino también su impacto emocional, cultural y simbólico. A través de la observación y la reflexión, se profundiza en su propio pensamiento crítico y en la interpretación del espacio, incorporando elementos subjetivos que enriquecen el diseño.
Entre las herramientas utilizadas en este proceso se encuentran el boceto, la escritura, el análisis de referentes, la experimentación material y la simulación virtual. Estos recursos ayudan a dar forma a conceptos abstractos y convertirlos en proyectos arquitectónicos con una carga significativa.
Además, la arquitectura no solo responde a una búsqueda, sino que también dialoga con el contexto social y ambiental. Así, se genera una arquitectura que no solo responde a necesidades técnicas, sino que también comunica, emociona y transforma el espacio habitable.