Las Prácticas Narrativas plantean que los seres humanos construimos relatos que nos ayudan a ordenar y explicarnos los acontecimientos de nuestras vidas; estos relatos suelen estar marcados por miradas e ideas problemáticas de lo que creemos que somos (identidad). Es decir, estamos fuertemente influenciadxs por las normas sociales y las exigencias de nuestros contextos; por ello es común asumir historias únicas y negativas sobre lo que somos, por ejemplo, eres una persona: malx para el estudio, fracasadx, sin ambiciones... etcétera.

Mediante las Prácticas Narrativas generamos conversaciones poderosas que nos ayudan a comprender la construcción de valores y principios que rigen nuestras vidas, así como el significado que atribuimos a distintos eventos de las mismas. En este proceso accedemos a una suerte de “tesoros escondidos” sobre nuestras propias vidas y descubrimos aspectos olvidados. Al reflexionar y replantear las historias únicas que nos han definido, es posible comprendernos mejor y reconocernos como personas y colectivos con capacidades, conocimientos y deseos propios; así diseñar rutas para los futuros deseados, nos miramos desde las fortalezas, no desde los déficits.